El Sistema de la Dependencia sigue apoyándose demasiado en las familias que tienen a su cargo alguno de sus miembros en situación de dependencia. Y contar con una persona dependiente, que precisa de cuidados especiales, con tratamientos específicos y una atención que resulta imprescindible para el desarrollo de tareas diarias, puede poner en tensión la economía familiar.
La Administración Pública ofrece ayudas para paliar este tipo de situaciones, pero no cubren todas las necesidades de estas personas. De hecho, hay estudios que demuestran que las personas dependientes y sus familias soportan cada vez más gastos relacionados con la atención y los tratamientos que precisan.
Un 20% del coste de los servicios de atención y cuidado a las personas con algún grado de dependencia es sufragado por las propias familias. El Estado y las Comunidades Autónomas aportan el resto, aunque la Administración Central solo aporta el 16% según la XVIII edición del Observatorio de la Dependencia.
Cómo se financia el Sistema de Dependencia
Desde que fue aprobada la Ley de Dependencia en 2006, se estableció un reparto de los gastos de estas ayudas por el que el Estado y las autonomías debían hacerse cargo a partes iguales del coste de la dependencia asumido por las Administraciones.
Otra parte correspondería a las partidas que ya venían aportando los gobiernos autonómicos a través de los servicios sociales y una parte marginal se financiaría mediante copago.
El problema es que no se concretaron esas partidas y con el paso del tiempo las personas dependientes han visto como esa “parte marginal” que debían asumir mediante copago ha aumentado considerablemente.
La crisis económica, los recortes en el gasto público y el retraso en la implantación del Sistema de Dependencia han repercutido negativamente en los usuarios de estas prestaciones, que muchas veces se ven desatendidos por el Sistema Público.
El copago que asumen las personas dependientes
Según datos del Observatorio de la Dependencia, en el año 2009, la parte que financiaban las Comunidades Autónomas sobre el total del Sistema de Dependencia era del 46,2%, mientras que el Estado se encargaba del 39,2% y el usuario el 14,7%.
En 2017, las personas en situación de dependencia pagan el 20,5% de los gastos, un porcentaje que se estima en unos 1.556 millones de euros, mientras que el Estado solo se responsabiliza del 16% y la Administración Autonómica asume el 63,5%.
Los datos del Observatorio no son compartidos por el Estado, que asegura además que su aportación al sistema sigue superando el 50% del total si se tienen en cuenta aportaciones que trascurren a través del sistema de financiación autonómica. Pero lo que no parece discutirse es que, al menos, 1 de cada 5 euros que precisan las personas dependientes salen de su propio bolsillo.
Los gastos de la Dependencia y los Seguros
El copago está contemplado en el Sistema de Dependencia como una de sus fuentes de financiación, pero para muchas personas es un serio problema económico. Los Seguros de Dependencia pueden paliar esta situación y hacer más asumible el problema de los gastos de la Dependencia, ofreciendo una renta o una indemnización que contribuya a sobrellevar la carga económica que supone ser dependiente.
Por mucho menos de lo que piensas, es posible contratar Seguros de Dependencia con la cobertura adecuada para cubrir una enfermedad o un accidente genere un grado de dependencia.
De esta forma, los Seguros de Dependencia constituyen una ayuda para las personas dependientes que, aún hoy, tienen que asumir gastos importantes para atender sus necesidades, como la contratación de cuidadores o tratamientos especiales. Gastos para los que no siempre tienen ayudas de la Administración.