Las ayudas a la Dependencia están cambiando con el paso de los años. La recuperación económica y el desarrollo de servicios dirigidos a dependientes están contribuyendo a que se otorguen cada vez más ayudas como prestación de servicios, frente a las prestaciones económicas al dependiente.
Actualmente, seis de cada diez ayudas a la Dependencia consisten en la prestación de servicios que hacen la vida más fácil a miles de personas. En cambio, las prestaciones económicas sólo representan el 42% de las ayudas, lo que ha supuesto un cambio importante en el tipo de prestaciones que reciben las personas dependientes.
Las ayudas a la Dependencia no son iguales en todas las CCAA
Aunque a nivel nacional el reparto entre ayudas económicas y servicios asistenciales es favorable a los segundos, lo cierto es que hay diferencias importantes entre comunidades autónomas, que son las Administraciones que gestionan las prestaciones de Dependencia.
Hay comunidades donde las prestaciones económicas a dependientes siguen superando el 60% del total, como es el caso de la Comunidad Valenciana, donde el 73% de las ayudas son económicas, y Navarra, región en la que el 64% de las ayudas se traducen en dinero.
Por el contrario, en La Rioja y la Comunidad de Madrid estas prestaciones económicas no suponen ni el 20% de las ayudas a la Dependencia.
En cualquier caso, y dentro de estas ayudas puramente económicas, las que reciben los cuidadores familiares siguen siendo las más comunes.
¿Qué servicios asistenciales se ofrece el Sistema de Dependencia?
En general, cada comunidad autónoma establece su catálogo de servicios a la Dependencia, aunque en líneas generales estas prestaciones asistenciales se divide en los siguientes tipos de servicios:
Servicios de Promoción de la Autonomía Personal
Son servicios muy variados con los que se busca ayudar a la persona dependiente a superar sus limitaciones de diversas maneras, en función del grado de dependencia y las características personales de cada usuario.
Se prestan servicios de habilitación, terapia ocupacional y atención temprana, así como sesiones de estimulación y activación cognitiva.
Hay dependendientes que requieren de apoyos personales y cuidados en residencias o clínicas especializadas y se ofrecen servicios de habilitación psicosocial para personas con enfermedad mental o discapacidad intelectual.
También encontramos prestaciones que consisten en el asesoramiento, orientación, asistencia y formación en el uso de aparatos para facilitar las actividades de la vida diaria, y servicios para mejorar y recuperar la autonomía funcional.
Ayuda a Domicilio y teleasistencia
La Administración provee a los dependientes de personal que les ayuda en las tareas diarias y servicios de teleasistencia que les atienden las 24 horas ante cualquier urgencia que pudiera surgir.
Centros de Día y de atención a personas con discapacidad
La administración ofrece plazas en centros de día para personas con discapacidad y estancias diurnas para personas mayores dependientes.
Residencias y viviendas de apoyo
Se trata de servicios de atención residencial, ya sea permanente o temporal, tanto para personas mayores como para dependientes con alguna discapacidad física o intelectual. También existen viviendas de apoyo a dependientes y centros especializados para la atención a personas en situación de Gran Dependencia.
¿Son suficientes las ayudas a la Dependencia?
Las ayudas a la Dependencia son un apoyo, pero no cubren todas las necesidades de las personas dependientes. De hecho, aún hay que mejorar la asignación de estas prestaciones, ya que una de cada cinco personas que han visto reconocida su dependencia en España está en lista de espera para recibir las prestaciones a las que tienen derecho.
La Administración Pública tiende a aumentar los servicios asistenciales, pero los gastos que se producen cuando un miembro de la casa es dependiente son cuantiosos: ateción sanitaria, medicinas, contratar a un cuidador, adaptación del hogar…
Y normalmente es la familia o el propio afectado quien tiene que asumirlos, incluso en situaciones en las que la Dependencia supone la pérdida de un empleo, con la merma de ingresos que ello conlleva.
Son situaciones difíciles en las que se agradece contar con la cobertura de un seguro para dependientes que, al menos, ofrezca una indemnización económica que ayude a costear los gastos que conlleva la Dependencia.
Si te preocupa que tu familia pueda verse ante esta situación, contratar un Seguro de Dependencia puede darte la tranquilidad de contar con un capital asegurado con el que hacer frente a una enfermedad o un accidente que nos haga dependientes.