La situación generada por la pandemia del coronavirus nos ha cambiado la vida. Nuestro día a día se ha tenido que adaptar a las nuevas costumbres impuestas por la pandemia. Las personas dependientes, al igual que sus familiares y cuidadores, han tenido también que adaptarse a esta ‘nueva normalidad’, aunque hay actividades y rutinas que conviene mantener, en la medida de lo posible, para favorecer la calidad de vida y la salud de estas personas.
Desde que en marzo de 2020 se decretó el confinamiento para frenar la escalada de contagios, hemos convivido con medidas más o menos estrictas que restringen la movilidad y establecen hábitos para prevenir el contagio del COVID-19.
Es importante cuidar a las personas más vulnerables en esta pandemia y los dependientes lo son. Muchos dependientes son personas mayores que, dada su situación, pueden tener mayor riesgo de sufrir cuadros graves por coronavirus. En otras personas, una infección por coronavirus puede agravar dolencias anteriores o generar grandes dificultades para su tratamiento.
Por eso, es muy importante tomar todas las medidas necesarias para prevenir el COVID-19 en personas dependientes, aunque es importante no descuidar otros aspectos de su salud, que siguen necesitando de nuestra atención en tiempos de pandemia.
La prevención del COVID-19 y el cuidado de los dependientes
Sabemos que el COVID-19 se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar.
Estas gotículas pueden caer sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, como mesas, pomos y barandillas, de modo que otras personas pueden infectarse si tocan esos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca.
Cualquiera puede contraer el COVID‑19 si inhala las gotículas procedentes de una persona infectada por el virus. Y además es importante tener en cuenta que esta enfermedad no presenta los mismos síntomas en todos los pacientes, hasta el punto de que hay un alto porcentaje de asintomáticos que, sin embargo, pueden contagiar a otras personas.
Teniendo en cuenta estas premisas, las autoridades sanitarias han lanzado varias recomendaciones y se han establecido restricciones y normas que pretenden reducir los contactos y optimizar la higiene para evitar la transmisión del virus.
Adaptar estas medidas de prevención a los cuidados de una persona dependiente que necesita de la ayuda de familiares y cuidadores para realizar las tareas básicas del día a día, es todo un reto. Puedes encontrar muchos consejos al respecto en este post.
Pero además es importante no descuidar los hábitos y rutinas que sabemos que son muy beneficiosos para estas personas, que al ser dependientes tienen unas necesidades especiales.
Compaginar la prevención del COVID-19 y las restricciones que se han impuesto durante la pandemia, con el mantenimiento de estos hábitos saludables para las personas dependientes es importante para mejorar la salud y bienestar de estas personas. Aquí os dejamos algunos consejos al respecto:
Recomendaciones para dependientes durante la pandemia del coronavirus
Distancia social, mascarilla, lavado de manos, limitación de la movilidad… son algunas de las normas que las autoridades sanitarias nos recuerdan con insistencia para prevenir contagios de coronavirus. Estas recomendaciones prentenden, más bien, mejorar la calidad de vida de las personas con algún grado de dependencia sin descuidar la prevención que exige esta pandemia.
La importancia de la movilidad: los paseos
Una de las estrategias contra la pandemia se basa en la limitación de la movilidad de las personas. De hecho, hemos tenido confinamientos domiciliarios en los que se nos ha limitado drásticamente las salidas de casa. Pero para muchos dependientes moverse es muy importante para su salud. Mantener el hábito de pasear, aunque sea en el interior de la vivienda, por los pasillos, terrazas y habitaciones es recomendable. Si se puede salir y respirar aire fresco, manteniendo todas las precauciones frente al coronavirus, mejor.
Para muchas personas dependientes, estos paseos les permiten mantener la musculatura de las extremidades inferiores y evitar el riesgo de que se produzcan trombos venosos. Y a quienes precisan de ayuda para desplazarse, van en silla de ruedas o tienen problemas de movilidad severos, también les beneficia cambiar de aires y salir fuera de casa regularmente.
Mantener rutinas: que la pandemia no cambie el día a día
Las rutinas ayudan a mantener, al menos hasta cierto punto, una normalidad que se ha visto alterada por la pandemia. Para muchas personas dependientes es importante que el día a día transcurra “según lo previsto”. Así, mantener la rutina diaria implica, levantarse a la misma hora que anteriormente, lavarse, vestirse y desayunar.
Si se acudía a un centro de día y en estos días no se puede porque se ha cerrado a causa del coronavirus, es recomendable procurar mantener en casa, siempre que sea posible, aquellas actividades que allí se realizaban.
Por ejemplo, realizar ejercicios físicos como caminar, mover los brazos, etc. o desarrollar actividades como ver la televisión, escuchar la radio, leer, hacer solitarios, dibujar, etc. resultan estimulantes para muchos enfermos con dependencia y no se deben perder, aunque no sea posible realizarlos en centros de día.
Mantener el contacto con los seres queridos
Una de las peores consecuencias de esta pandemia es la soledad que genera. Para la prevención frente al COVID-19 se pide limitar al máximo los contactos sociales, pero para muchas personas que sufren enfermedades crónicas o limitaciones de movilidad, esta medida puede generar aislamiento y soledad, nada recomendables para mantener el ánimo.
Es muy importante fomentar conversaciones y que los dependientes mantengan relación con la familia y su círculo de amistades. Si no es posible hacer visitas, ya que pueden suponer un riesgo de contagio, se pueden buscar alternativas como el teléfono o las videoconferencias. Familiares y amigos deberían de procurar estar pendientes de estas personas y llamarles con frecuencia para que no se sientan aislados y se les transmita cariño y afecto en la distancia.
Mantener una buena alimentación y una correcta hidratación
Otra de las recomendaciones en las que insisten los sanitarios y expertos en dependencia es la de mantener una correcta alimentación con la ingesta equilibrada de alimentos variados. En este sentido, hay que considerar cada caso de forma individualizada y tener presente aquellas patologías para las que se impone una dieta determinada, como la diabetes, hiperlipemia, hipertensión, etc.
Además la correcta hidratación es un factor fundamental para el mantenimiento de nuestras funciones corporales. Sobre todo en el caso de las personas mayores, es fundamental beber agua con una elevada frecuencia, pues la deshidratación, generalmente por la falta de sensación de sed, es causa de diversas alteraciones en el organismo.